Los
Ángeles
Capitulo
escrito por Agy y Karu
NOTA: Karu Swan: Es una comedia romántica, una aventura que a todas como fans nos gustaría vivir. Lo que queremos dejar claro es que no queremos ofender a nadie, ni negar la existencia de la relación de Kristen y Rob, nada más queremos jugar con las fantasías de nuestra cabeza.
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Prefacio
Diario de Agy
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Prefacio
¿Qué ocurriría si Kristen y Robert no fueran pareja? ¿Qué sucedería si Rob estuviera soltero y solo?
¿Qué pasaría si tú hermana mayor quisiera conocer a Kellan y termine metiendo los pies por las manos?
¿Y si el amor estuviera más cerca de lo que creías?
Nunca creímos que un viaje de negocios a la ciudad, cambiaría toda nuestra vida de la noche a la mañana. (Sabri)
Mis travesuras nos terminaron metiendo en este gran embrollo, donde me encuentro encerrada en mi habitación porque los paparazzi me acosan al asomarme si quiera a la ventana. (Agy)
Nuestras personalidades totalmente contrarias nos hacen pelear y querernos a la vez, típico de hermanas pero me pregunto ¿Se ha enamorado o es solamente un capricho? (Sabri)
Aunque mi hermana es la cabeza y yo el corazón, no pudimos evitar vivir Una Aventura en Los Ángeles. (Agy)
Diario de Agy
Soy Edgary Ormond, acabo de
cumplir veintiún años y estoy a punto de viajar a Los Ángeles con mi hermana
Sabrina, ella está a punto de cumplir los treinta y queremos celebrar su
cumpleaños allí.
Vivimos juntad en Nueva
York, pero mi hermana viaja demasiado, pues es Marchante, para los que no lo
sepan es una profesional que compra y vende arte… Ella tiene una galería de
arte en NY y es muy famosa en la ciudad.
—Agy, ¿Te podrías apurar?
Ya vamos retrasadas—la escuche gritar desde su habitación, rodé los ojos porque
sabía perfectamente que ella aún no había siquiera terminado de vestirse.
—Sí, Sabri ya estoy lista,
¿Nos vamos?—entonces escuche como se abrían y cerraban varias puertas.
— ¡ESPERA AUN NO ESTOY
LISTA!—luego de gritarme eso se escuchó un golpe sordo, corrí hacia su
habitación y me encontré con una Sabrina tirada en el suelo tratando de ponerse
unos tacones. Empecé a reírme como loca mientras Sabrina me fulminaba con la
mirada —Muy graciosa ¿No?—dijo arrojándome un zapato.
—Apúrate ¿Quieres? Como ya
dijiste, “vamos retrasadas”. –Dije citando sus palabras
—Hermanita, te quiero, pero
si vuelves a hacerme algo así estarás castigada por un mes—rodé los ojos porque
Sabri siempre amenazaba pero casi nunca cumplía.
Fui de nuevo a mi
habitación para terminar de empacar mis libros de twilight. ¿No saben que es
twilight? Bueno, twilight es la mejor saga que ha existido y yo estoy enamorada
del personaje principal: Edward Cullen, quien es interpretado en la película
por: Robert Pattinson.
Aunque mi hermana le gusta
el personaje de Edward, pues dice que es un hombre interesante y elegante, a
ella no le llama mucho más la atención Emmett, si señoritas, no es broma mi
querida hermana ADORA a Emmett Cullen quien en la película es interpretado por
Kellan Lutz yo la llamo interesada. Sé que se preguntan ¿Por qué? Pues por el
simple hecho de que mi hermana cada vez que ve los bíceps de Emmett,
literalmente babea por él.
Bueno, tal vez tengan
curiosidad sobre porque rayos no he nombrado al novio o para estas alturas,
esposo, de mi hermana. La cosa es que mi queridísima Sabrina no tiene ninguna
relación, pero en todo caso tampoco yo.
Mi razón es que todos los
chicos que conozco son unos idiotas que solo buscan sexo y a la mañana
siguiente no se saben ni tu nombre. En el caso de mi hermanita, porque tiene una vida muy
ocupada y la única relación íntima que ha mantenido es con su asistente que por
cierto, es gay.
—Agy, ya estoy lista, ahora
sí. ¿Nos vamos?—Mi hermana es hermosa, tanto que muy fácilmente podría pasar
como una modelo de revista. Tiene el cabello rubio natural, mide un metro
sesenta y nueve, con ojos color verde oscuro y un escultural cuerpo, como ya
dije: mi hermana podría ser modelo de revista.
Yo por mi parte soy morena,
ojos color chocolate, mido un metro sesenta y mi cuerpo es bien formado, no
tengo de quejarme.
—Agy —sentí como Sabrina me
movía levemente el brazo para pedirme que me bajara ya que habíamos llegado al
aeropuerto.
Me baje del auto y tome mi
maleta.
Este viaje será genial de
eso estaba segura, adoro L.A.
Solté una risita tonta al
recordar lo que le hice en una de las premiers de Twilight, estaba esperando a
que Robert pasara y cuando lo hice me puse detrás de él y cuando me vio se
asusto pero me sonrió. Mi hermana paso la mayor vergüenza de todas y yo, el
mejor momento de mi vida.
— ¿Por qué la sonrisa? ¿En
qué piensas demonia?—pregunto Sabrina mientras entregaba nuestros boletos.
—En nada—dije lo mas
inocentemente que pude.
—Agy — oh- oh! Olía a
sermón—Te lo suplico, por favorrr, trata
de no meterte en problemas ¿Quieres? Ya fue suficiente con lo que hiciste en la
premier.
— ¡Por favor, Sabrina! Que
poco confías en mí. Me siento ofendida. —dije mientras me limpiaba una lagrima
imaginaria y veía como Sabrina rodaba los ojos. —Pero ya, en serio, dime si no
te pareció divertido lo que paso con…— pero no termine de hablar, en ese mismo
instante se escuchó el grito de una chica de no más de quince años que venía
con un grupo de amigas.
— ¡Miren! Es la chica de la premier… — todos
voltearon a ver qué ocurría, la expresión de mi rostro para ese momento debía
ser un tomate. Suerte la mía que mi hermana salía a defenderme casi al
instante.
— Gente, no sé qué pasa
aquí, pero estas señoritas están equivocadas, muy equivocadas de persona — dijo
Sabrina tan convencida de lo que hablaba que hasta yo misma le creería si no
supiera la verdad.
Las chiquillas siguieron
caminando como si nada hubiera pasado y yo suspire con alivio. Después de
abordar el avión, decidí hablar.
— Oye….
Gracias por eso — no acostumbro a disculparme así que una mueca salió de mis
labios.
— No tienes nada que agradecer… eres mi
hermana y creo que aún es mi trabajo sacarte de problemas — dijo ella riendo por bajo, lo
único que me quedaba hacer era rodar los ojos — pero… — ¡Oh - Oh! Llego el “pero”
— el afiche de Kellan que tienes en tu
habitación ahora es mío — sí, sabía que era lo que más deseaba, después de
Kellan en persona claro está — Nada es
gratis hermanita, nada es gratis — dijo
mientras colocaba su mirada en uno de sus libros favoritos de Agatha Christie.
Este va a ser un viaje
largo.
Diario de Sabrina
Mientras ordenaba mi maleta
trataba de encontrar una forma en que mi hermana pequeña — Agy —
no se metiera en problemas, si porque así era ella, una mujer de 21 años
que adoraba buscar complicaciones, que no se comportaba de forma adecuada para
su maldita edad, en realidad me volvía loca tratando de sacarla de aprietos.
La mayoría estaban
relacionados a la historia de Crepúsculo, si eso mismo, aunque no lo niego, amo
su historia, sus personajes, y nada contra los actores que interpretan a cada
uno de estos personajes.
Pero aun no me recuperaba
de su última “aventura”, la muy loca se había metido a la última premier de la
saga atrás de Robert Pattinson, casi muero de vergüenza, suerte que Robert es
un hombre muy amable y no quiso presentar cargos por el acoso.
Lo que más me preocupaba en
ese exacto momento, era el simple hecho de que las maletas que preparaba eran
para viajar a Los Ángeles — por un
pedido personal de un cliente, debía comprar varias obras de artes, también
aprovechando la oportunidad y visitaría la sucursal de la cadena de galerías y
asesoramiento de arte en la ciudad — y
mi chiflada hermana… mi chiflada y hermosa hermana me acompañaba y estaba
segura, totalmente segura que su compañía tenía un objetivo fijo: encontrar al
actor del cual era enamorada, encontrarse con Robert Pattinson.
A pesar de un pequeño
percance en el aeropuerto de NY, el viaje en general había sido tranquilo.
Llegamos a la casa de LA sin demoras después de llegar a la ciudad.
Así que bajamos del carro
Agy salía disparado hacia el segundo piso dónde se encontraban las habitaciones,
mientras que yo me dirigía a la cocina para hablar con Maribel — nuestra ama de llaves — y decidir lo que almorzaríamos ese día.
La mañana se pasó mientras
hacía llamadas de trabajo; buscando las obras de arte que me habían sido
pedidas con tanto anhelo por Douglas Fine. Douglas es un millonario de NY, un
verdadero caballero, culto, simpático y muy hermoso hombre. Todas sus compras y
ventas de arte habían sido realizadas a través de mi asesoría desde el momento
que se mudara a la ciudad. Había perdido la cuenta de cuantas veces me invitara
a salir y cuantas veces me negara alegando que nuestro relacionamiento era pura
y exclusivamente profesional.
Así que dejara todo
planeado para la negociación de las obras requeridas, sentí un golpe fuerte que
provenía del segundo piso de la casa, esperé un segundo para identificar de que
se trataba y el sonido volvía a repetirse. Solo podría ser ella — mi hermana pequeña — subí escalón a escalón, buscando la paciencia
en mí — realmente a veces quería darle
una buena paliza para que dejara de cometer estupidez tras estupidez — mientras me iba aproximando a su cuarto temía
en encontrarme con alguna sorpresa asustadora o desagradable, pero cuando entré
a la habitación me encontré en medio de un total desorden y mi hermana metida
en medio de sus ropas dentro de su gran armario.
— Agy… — giró su cabeza para mirarme y volvió a su
incesante busca — ¿Qué buscas? — Nada, solo se oían las cosas que caían
mientras las quitaba de dentro de cajas y cajones — ¡Agy! ¡Me asustas por todo lo más sagrado! — volvió a girar su cabeza hacia mí.
— Busco los planos de la casa de Robert — la muy maldita me había quedado mirando sin
mover un músculo de su rostro, mientras la sangre por mis venas se detenía y se
congelaba, mis piernas temblaban y mi boca imitaba una perfecta O.
— Tú, tu, tu ¿Qué? Q… que, que — entonces una risa estruendosa inundó el
ambiente haciendo que el susto se transformara, en segundos, en pura rabia
— Edgary “Agy” Ormond ¿Qué mierda crees
que haces? — Grité furiosa, por poco no
me había orinado encima del susto —
¡Perra maldita! ¡No se te ocurra hacerme otra broma de esas! — mientras gritaba exasperada mi pequeña
hermana reía.
— Por favor Sabri… — risas —
era una tonta broma, además crees que si realmente tuviera los planos de
la casa de Rob, ¿ya no hubiera ido? —
más risas, estaba segura que reía por la expresión de mi rostro — Nada más ando buscando mi cuaderno de
anotaciones, porque ahí tengo mis historias e ideas para futuras — la observé asombrada, hasta ese entonces no
sabía que seguía escribiendo, algo que deben saber de mi desastrosa y
desquiciada hermana es que no ha terminado de estudiar más allá que la
secundaria. Nada le complace, ninguna profesión le llama la atención. Saber que
ella seguía escribiendo a pesar de todo, significaba que algo bueno saldría de
esa cabeza chiflada.
— Es bueno saber que seguís escribiendo — acaba de pasarme la rabia — es… lo único que no has dejado de lado. ¿Por
qué no averiguas en que Universidades tienen planes de estudio sobre
literatura? — Ahora era Agy quien me
miraba con rabia, odiaba que le tocara en ese tema — Agy, no me mires así, estoy pensando en tu
futura pequeña, porque tu no lo haces y me preocupo — se levantó de entre su desorden con su
cuaderno en las manos.
— ¡No sé porque te molesta que no esté en la
Universidad! ¿Qué mierda quieres que haga? ¡No voy a cursar en historia del
arte! ¡No soy tu Sabrina! — siempre la
misma discusión.
— ¡Con un demonio Agy! ¡No quiero que seas como
yo! ¡No quiero que vayas a la misma Universidad ni que curses la misma carrera!
— Me acerqué a ella con cariño — Desde que papá y mamá no están a nuestro
lado, mi trabajo es cuidarte tonta, y me preocupa que si un día falto tu no
tengas armas para defenderte. ¿Es tan difícil entenderlo?
— ¡Arrrgggggg! ¡Deja de comportarte como mi
madre! — Gritó desoyendo todo lo que le
había dicho — ahora sal de mi
habitación, debo planear como encontrar a Rob y ¡tú me molestas! —
levanté mis manos en son de paz y salí por la puerta así como había
entrado.
Comenzaba a creer que mi
hermana necesitaba un psicólogo urgente. Distraída por nuestra estúpida pelea
no miré donde pisaba y terminé cayendo por las escaleras hasta terminar en el
primer piso esparramada y con un fuerte dolor en el brazo izquierdo. Mientras
trataba de moverme vi entre nublado a mi hermana que bajaba corriendo y a los
gritos las escaleras.
— ¡Oh por Dios! ¡Sabri! — Se escuchaba el desespero en su voz — ¡Maribel! ¡Maribel! — gritaba Agy buscando ayuda, conveníamos que
no es de las que sabes trabajar bajo presión.
— ¡Santo Dios! — Exclamó Maribel al verme tirada en el piso
— ¡Señorita Sabrina! — Inmediatamente miró hacia Agy — no permitas que se mueva ¡llamaré al 911!
— mi pobre hermana asintió con la cabeza
y esperó, mientras esperaba, aunque sentía mi cuerpo todo dolorido y estaba
segura que me había quebrado el brazo, comencé a reír.
— ¡¿Sabri?! —
gritó Agy al ver que comenzaba a reír por lo que me había sucedido. Era
gracioso, por ser una estúpida distraída me había caído escaleras abajo, pero
era tan suertuda que no me había quebrado el maldito pescuezo — ¡No es gracioso estúpida! — pero mi risa comenzaba a aumenta y mi hermana
comenzaba a contagiarse — ¡Ya! ¡No rías
Sabri! — pero reía tan fuerte como yo.
Diez minutos más tarde y
varias carcajadas después era colocada en una ambulancia, el diagnóstico
inicial: costillas y brazo izquierdo quebrado, claro que no me puedo olvidar de
los golpes que quedarían marcados en forma de moretones durante un buen tiempo
por todo mi cuerpo.
…
Horas más tarde me
encontraba con yeso en mi extremidad izquierda, además de las exigencias de
realizar poco esfuerzo, movimientos bruscos, trabajar sentada por muchas horas
seguidas, etc. Esto debido a dos costillas lesionadas que debía cuidar para que
volvieran a la normalidad.
Allí estaba acostada en una
puta cama de hospital, ¡odio los hospitales! Agy había ido por un café — está loca pero es una excelente hermana
— cuando a mi habitación entra la
persona que menos creería en el mundo que podría hacerlo; Robert Pattinson.
Arrugué mi frente, cerré y abrí mis ojos varias veces antes de estar segura que
él allí estaba.
— ¿Pattinson? ¿Robert Pattinson? — Sonrió y asintió — ¡o estoy alucinando por los calmantes o estoy
quedando loca! — comenzó a reír y volvía
a creer que estaba soñando.
— ¡Discúlpame! No quise irrumpir en tu
habitación, busco a Sabrina Ormond —
¿Por qué carajos me buscaba?
— Sí, esa soy yo — no entendía nada y al mismo tiempo rezaba con
todo mi ser, que Agy no llegara, pues era seguro que le saltaría encima — ¡Oh Dios! Le pondrá una denuncia a mi
hermana, realmente señor Pattinson si ella le ha molestado de alguna forma, lo
siento, realmente lo siento, ella es su mayor fan, ella le idolatra y no lo
hace por mal… — él detuvo mi verborrea
en el momento en que comenzaba a reír por mi desespero.
— Tranquila Sabrina — río por bajo — no vengo por ¿Tú hermana? — Asentí con la cabeza suavemente — mi agente
me ha comunicado que estás interesada en el Amarillo, rojo y azul de Kandinsky
— en ese momento mi mente no se encontraba en un cien por ciento, así que me le
quedé observando sin saber que decir — ¡Disculpa de nuevo! No vengo a negociar,
me han avisado que no irías a nuestra reunión, he preguntado la razón, no sé,
me ha parecido educado de mi parte venir a desearte mejoras… así que… Espero
que te mejores — en ese momento entendía a mi hermana, Robert era un hombre muy
educado y simpático, no creía que existiera alguna mujer que no se interesara
en él.
— ¡Que amable señor
Pattinson! — me detuvo para pedirme que le llamara Robert — Ok, muy amable
Robert, así que me den el alta le llamaré para reunirnos. Le agradecería
esperara mi oferta antes de decidir vender tan impresionante obra.
— No se preocupe Sabrina,
he averiguado sobre ti, tus galerías de arte y asesorías, no he escuchado una
palabra negativa sobre ellas; mereces que espere para comenzar a considerar
ofertas — explicó con una sonrisa sincera en su rostro.
— Me alegra saberlo Robert
— no había percibido hasta ese momento que en sus manos permanecía un hermoso
ramo de flores silvestres — ¿Esas flores son para mí? — sorprendido por mi
pregunta miró hacia el ramo y hacia mi nuevamente.
— Ahhh si, si, ¡claro que
sí! — Reía — ¡lo siento! Te las dejaré aquí — colocándolas a mi lado — debo
irme tengo una entrevista en menos de media hora, estaré esperando tu llamado
¿Bien? — Asentí sonriente y agradecí por las flores, sin darme cuenta que mi
hermana no había podido verle y que moriría de un infarto al saber que él había
estado aquí conmigo y me había dejado un ramo de flores como regalo. Había sido
un día demasiado extraño.
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¡¡¡Hola!!!
¿¿¿Cómo andan??? Aquí les traje una nueva historia creada por mi y Karu Swan,
quien es la autora de ‘Sexy Ice’ Espero que les guste mi nueva locura :D espero
sus comentarios J
Agy
Cullen
hola... esta bastante interesante la historia k no habla de los cullens si no de sus actores en la vida real :D.... promete mucho ... seguire al pendiente por los nuevos capitulos para ver como se desarrolla la trama :D
ResponderBorrarholaaa ... la verdad me parecio genial esta nueva historia se que va a ser estuenda voy a estra pendiente de tus actualizaciones espero el proximo capitulo con ansias besos :)
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